Dirigir un Culto de Adoración
La adoración en la congregación es un elemento
extremadamente importante en la Iglesia. La principal llamada que se hace a los
cristianos es la adoración a Dios.
El desarrollo de la adoración como cuerpo, depende mucho
del que dirige el culto.
A) CUALIDADES QUE DEBEN TENER LOS QUE MINISTRAN EN LA MÚSICA Y EL CORO
1) Dirigir la adoración es un ministerio especial. No todos tienen el don para desarrollar este ministerio.
2) El que dirige deber ser un adorador. Es esencial que aquel que es llamado a dirigir a otros en la adoración sea hábil y adepto en tal aspecto. Es imposible dirigir a otros en algo a menos que el que dirige haya aprendido los requisitos y la habilidad de la adoración. Esta persona deberá estar libre en su propio espíritu y ser capaz de alabar y adorar libremente a Dios en su vida personal. Debe llegar temprano para orar y estar preparado para este momento tan especial.
3) Madurez espiritual. El que dirige la adoración deber ser un cristiano con madurez y experiencia en las cosas del Espíritu. Tal madurez proporciona la confianza al que dirige, además de producir un sentimiento de seguridad en la congregación.
Deberá controlar su propio espíritu de manera que sus pensamientos, sentimiento y emociones personales no interfieran en el culto. Tiene que ser además una persona de oración, no sólo con la destreza para discernir la dirección del Espíritu Santo, sino con fe para percibir lo que El quiera comunicarle a los santos congregados. Deberá ser un cristiano que exhorte, que motive y anime a los creyentes en Cristo.
4) Sensibilidad espiritual. El líder ideal habrá desarrollado un oído sensible a la voz del Espíritu Santo. El Espíritu mismo dirigirá el culto si su director se mueve de acuerdo a Sus impulsos. Los cultos deberán ser dirigidos bajo la unción del poder de Dios. No obstante, El siempre usará los canales humanos. Por consiguiente, el líder debe poseer una conciencia espiritual profunda en este particular. Esta misma virtud le será transmitida a la congregación. Empezarán a desarrollar la capacidad para percibir los impulsos del Espíritu, y a penetrar en ellos quieta y confiadamente.
5) Humildad genuina. Un buen dirigente siempre intentará "ocultarse detrás de la cruz". Nada arruinará la atmósfera espiritual de un servicio más rápidamente que un líder egoísta que se proyecta a sí mismo constantemente en el servicio. El Espíritu Santo desea glorificar a Cristo, sin desviar en lo absoluto su punto de atención hacia un ser humano. Nadie deberá gloriarse en la presencia de Dios. En lugar de atraer la atención de congregación hacia sí, el líder siempre deberá buscar dirigir la atención de la congregación hacia Cristo.
6) Preparación en oración antes del culto. El que dirige siempre deberá pasar tiempo en oración. El tema de un culto puede ser discernido previamente de esta manera. El espíritu del que dirige puede ser sintonizado con el Espíritu de Dios. De esa manera el culto puede moverse directamente hacia el interior de Sus propósitos divinos desde el principio. No deberá haber cosas tales como los "preliminares" en un culto de adoración. Todo el servicio, desde el primer momento, debe ser dedicado para la honra y gloria de Dios. La verdad es que lo que precede al mensaje es muy importante, ya que el mensaje es dirigido a la congregación, mientras que la adoración es dirigida directamente a Dios.
7) Dedique suficiente tiempo a la adoración. La manera en que muchos cultos de adoración son acelerados, es un insulto a la majestad de Dios. Tenemos que reconocer la importancia de la adoración como cuerpo y darle el tiempo necesario. El tiempo de adoración no debería ser desperdiciado en una charla innecesaria de parte del que dirige el servicio. Su verdadero cometido es sintonizar a la congregación con el Espíritu de Dios tan pronto como pueda y lo más dulcemente que pueda. La charla y los comentarios innecesarios pueden distraer la congregación de tan importante propósito. Cuando la gente ha venido a adorar, quieren entregarse a Dios en alabanza y adoración, es triste cuando son retrasados e impedidos por aquella persona que ha sido nombrada para guiarlos en la adoración correcta.
8) Sea receptivo al Espíritu Santo. Una fe real, es necesaria para conducir un culto hacia la adoración verdadera, pues tal adoración no puede ser accionada ni programada con antelación. Muchos líderes piensan que tienen que tener un programa concreto. Quieren saber exactamente lo que va a suceder en un culto dado y cuándo va a evolucionar. La adoración espiritual requiere una mayor flexibilidad, pues no sabemos con antelación lo que Dios hará.
Una vez que el culto comienza, procure mantenerse al corriente de la manera en que el Espíritu desea dirigirlo. Esté preparado para seguir su guía paso a paso. No todos lo cultos serán iguales. Dios es un Dios de variedad. No tiene que hacer siempre lo mismo. Dios tiene un propósito especial para cada culto.
El que conduzca el culto tiene que aprender a discernir cuál es el propósito y mantenerse en armonía con el mismo, a medida que el Espíritu se lo muestre paso a paso. Dios puede incluso cambiar el orden y la dirección del culto a medida que éste se desarrolla. Una persona que sepa dirigir bien podrá discernir hasta los cantos concretos que deben usarse para adorar, cuántas veces se han de cantar y con qué clase de énfasis. En ocasiones el servicio evolucionará de manera resplandeciente y saturada de regocijo. En otras ocasiones el Espíritu puede conducirnos de una manera más tranquila, incluso a períodos de extrema quietud, lo cual puede ser increíblemente excelso y significativo.
9) Perciba todo lo que está sucediendo. El que dirige el culto deberá evitar cerrar lo ojos y "perderse en la adoración”. Es maravillosamente posible que uno esté totalmente envuelto en la adoración y al mismo tiempo estar consciente de la manera en que la congregación se desenvuelve. El que dirige deberá ser sensible a los impulsos del Espíritu, y a la vez ejercer un control moderado, pero definido sobre el culto al Señor.
B) ALGUNAS PAUTAS SIMPLES PARA DIRIGIR LA ADORACION
1) La función de los músicos, del Coro y del director de Alabanza:
1Cronicas 15:22-28 Y
Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el
canto, porque era entendido en ello. Berequías y Elcana eran porteros del arca.
Y Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Benaía y Eliezer, sacerdotes,
tocaban las trompetas delante del arca de Dios; Obed-edom y Jehías eran también
porteros del arca. David, pues, y los ancianos de Israel y los capitanes de millares,
fueron a traer el arca del pacto de Jehová, de casa de Obed-edom, con alegría. Y
ayudando Dios a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, sacrificaron
siete novillos y siete carneros. Y David iba vestido de lino fino, y también
todos los levitas que llevaban el arca, y asimismo los cantores; y Quenanías
era maestro de canto entre los cantores. Llevaba también David sobre sí un efod
de lino. De esta manera llevaba todo Israel el arca del pacto de Jehová, con
júbilo y sonido de bocinas y trompetas y címbalos, y al son de salterios y
arpas.
El coro
debe ministrar unción. El director no debe “dar discursos" al pueblo, si
no guiarlo en la adoración.
2) Empiece exactamente donde está la congregación. Procure hacer contacto inmediato con la congregación, en el lugar donde se hallen. Establezca su dirección sobre ellos apaciblemente. Ayúdeles a reconocer que Dios los ha escogido para dirigir ese culto, y que si cooperan y le siguen, de seguro que serán guiados directamente hacia el Lugar Santísimo, donde recibirán una experiencia gloriosa en la adoración. Comience cada culto con acción de gracias y alabanzas cantadas.
Salmo 100:4 Entrad por sus
puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid
su nombre.
3) La dirección de los cantos no necesariamente significa dirigir la adoración. Hay muy buenos directores de cantos, pero que no poseen la habilidad para dirigir la congregación hacia la adoración. No obstante el que dirija la adoración tiene que ser capaz de guiar las canciones y de ahí penetrar a una adoración profunda. La mayoría de las veces un culto de adoración empieza con cánticos, pero evite cantar siempre los mismos. Cantar himnos apropiados que alaben a Dios y hablen de Su grandeza, poder y esplendor, de seguro que contribuirá a que la congregación desprenda sus mentes de sí mismos y de sus problemas, a fin de concentrarlas en el Señor. Los cantos de alabanzas y acción de gracias son apropiados e idóneos. Los cantos congregacionales son también una buena manera de atraer a la gente hacia la unidad en la adoración. Cuando sus voces se unan, también lo harán sus mentes y espíritus. Una vez que se haya logrado la unidad, la congregación puede ser guiada hacia esferas más sublimes en la adoración. Empezamos con alabanza y después pasamos a la esfera de la adoración.
4) Deje que el Espíritu Santo los dirija. Esto puede acontecer de muchas maneras. Puede surgir de la primera canción que cante, lo cual puede fijar el tema para todo el culto. Muchas veces el Espíritu Santo dirigirá de un canto hacia otro, todos siguiendo el mismo tema del culto. Sólo después del culto, cuando se mira hacia atrás, es que nos damos cuenta de la manera tan hermosa en que el Espíritu de Dios dirigió el culto. Se comprende además la unidad y armonía que prevalecieron en el transcurso del mismo.
5) Evite que sucesos fuera de lo común lo distraigan. Aquí, es donde la madurez espiritual del líder es tan necesaria.
Es vital que esté espiritualmente alerta para reconocer una situación de tal naturaleza. Un culto puede ser sutilmente llevado hacia otra dirección si el líder no tiene cuidado. Una vez que el Espíritu fija el curso y la dirección, hay que estar alerta ante cualquier suceso que pueda cambiar el énfasis. Esta puede aparentar no ser muy nociva. Sin embargo, puede cambiar totalmente la dirección en la que Dios busca guiar a Su pueblo. El líder deber ser amoroso y a la vez firme en mantener la adoración sobre el blanco. Si tiene alguna duda consulte con el Pastor.
Existen muchas maneras en las que puede volver a traer el culto a su curso. Podría decir: "Hermanos, sigamos con diligencia la dirección que el Espíritu nos señala, evitando desviarnos de la misma". Podría comenzar otro corito que renueve el tema original del Espíritu.
Esto requiere intrepidez de parte del líder. Deberá ejercer discreción y tacto; no obstante, tiene que rehusar comprometer el propósito de Dios en tal ocasión. Esto a menudo requiere gran sabiduría y gracia. El Espíritu Santo suplirá estas virtudes si ponemos toda nuestra confianza en El.
6) Reconocimiento de cambios y transiciones. El Espíritu puede que dirija un culto en cualquier dirección que lo crea conveniente. Frecuentemente esto significa que puede ocurrir un cambio en el énfasis durante el curso del culto. De hecho, esto puede ocurrir varias veces. Estos períodos de transición son muy importantes. El líder debe anticipársele a la congregación manteniendo un liderato firme y claro durante estos períodos de transición, a fin de que el culto no vaya a descaminarse sin propósito. Si se permite que un momento de indecisión evolucione, alguien puede ser tentado a introducir su propio método de dirección, contrario al ya establecido por el Espíritu. El grupo de adoración deberá recordar siempre que Dios los ha separado y ungido para dirigir la adoración en la congregación. Por consiguiente, El los ha hecho responsable de realizar tal labor. No rija el servicio con mano fuerte ni trate de imponer su voluntad sobre la
concurrencia. Mantenga una dirección firme pero moderada sobre la adoración a medida que el culto sigue su curso progresivo.
7) Mantenga el propósito en mente. Nunca pierda de vista el objetivo y propósito del culto. La primera prioridad es alabar y glorificar al Señor. Segundo, edificar y ser de bendición a la congregación. Nunca permita que la congregación degenere en algo menor a las metas básicas ya trazadas para la adoración.
8) Que seamos una sinfonía.
El
término griego "Sinfoneo", del cual se deriva "sinfonía",
significa "estar de acuerdo" Jesús dijo: "Si dos de vosotros
estuvieren de acuerdo... " El usó el vocablo "sinfoneo" para
"producir una sinfonía de sonidos". En el culto la adoración debe ser
como una sinfonía. Todos los detalles deberán corresponder armoniosamente.
Todas las voces deben armonizar, al igual que los instrumentos y todas las
partes del culto. Este es uno de los instrumentos en todas las partes del culto
al Señor. Este es uno de los propósitos básicos que Dios procura alcanzar a
través de nuestra adoración como un cuerpo; que correspondamos todos unidos
como una melodía gloriosa. Si nos esforzamos en lograr esto, seguro que El se
complacerá en guiarnos hacia las dimensiones más gloriosas y profundas de la
unidad espiritual.
9) Anime la participación. Es una realidad que la mayoría de las congregaciones de hoy son meras espectadoras más que participantes. A menudo vemos que algunos cantan y adoran y otros no. La Biblia estimula la participación de cada creyente. El pueblo de Dios debe ser instruido con respecto a que el Señor quiere escuchar todas las voces unidas en adoración. Anime a la congregación a envolverse en este aspecto. Exhórtelos a levantar sus voces en alabanzas. Procure hallar oportunidades para ponerlos a adorar y alabar.
Juan 4:23,24 Mas la hora
viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren.
10) Cerciórese que todo sea hecho decentemente y en orden. Deje que haya participación, que se canten salmos, himnos y canciones espirituales. No obstante, deje que todo sea hecho de tal manera que no reine la confusión, ya que Dios no es autor de tal cosa.
1Corintios 14:33 Pues Dios no
es Dios de confusión, sino de paz.
11) Procure la excelencia. Nuestro objetivo, a medida que aprendemos a glorificar y adorar a Dios, debe ser tratar de mejorar en tales cosas. Se debe ensayar con anticipación los canticios que se usaran en la adoración. Debemos apuntar hacia el progreso en áreas tan vitales como nuestra dedicación total al Señor, la pureza de la sensibilidad espiritual, el crecimiento en el conocimiento de la palabra de Dios, y la habilidad para responder positivamente ante la dirección del Espíritu Santo. La consagración de los músicos y el coro es determinante, ya que están separados para dirigir al pueblo de Dios en la adoración. Esto es un privilegio y una bendición para aquellos a los cuales Dios les concede esta oportunidad.
C) EL SONIDO EN LA IGLESIA
1) Hay iglesias que pueden pensar que el sonido no tiene importancia.
La verdad es que un sonido deficiente,
puede afectar la adoración en el culto. Si los músicos y el coro han ensayado,
y se han preparado espiritualmente, pero el sonido esta muy alto, o muy bajo, y
además mal calibrado, todo el esfuerzo de los músicos y el coro se perderá pues
todo se escuchara mal. Recuerdo en nuestra iglesia cuando terminaban los
cultos, a los hermanos saludándome, y luego señalándose los oídos, queriéndome
decir que el sonido estaba tan mal, que no les permitía apreciar los cánticos
de adoración y el mensaje.
2) Puedes tener buenos músicos, y una persona que dirija bien los
cánticos de adoración pero…
Imagínate un buen coro con buenos músicos y
un sonido inadecuado, la congregación podría pensar, que mal tocan los músicos,
y el coro no se escucha bien, cuando en realidad es el sonido lo que esta mal.
Alguien diría, bueno no importa como toquen
ó como canten, y el sonido no tiene importancia siempre que se oiga, lo hacemos
para Dios.
Lamentablemente algunos piensan así, ósea
que como es para Dios no importa, él se agradara como quiera.
Este modo de pensar nos limita en lo que
podemos lograr para llevar a la iglesia a una experiencia sobrenatural en la
adoración a Dios.
3) El Señor siempre nos da lo mejor.
Porque, teniendo la capacidad, y los
talentos, no nos esforzamos por dar lo mejor de nosotros para el Señor. A veces
se cae en el error de criticar a aquellos que se esfuerzan ensayando y orando
para ser de bendición a otros, cuando deberíamos dar gracias. Una vez luego de
mi esposa cantar al Señor, el predicador que también quería cantar dijo; “que
bien canta la hermana, se ve que ha ensayado mucho, pero para cantar a Dios no
hay que estar ensayando”, esto lo dijo desde el pulpito ante toda la
congregación.
Piense por un momento, ¿El predicador no
tiene que prepararse para el mensaje? ¿El maestro de la palabra, no tiene que
estudiar, para preparar la clase que ha de dar?
4) Tener un buen sonido en la iglesia es necesario.
Una cadena es tan fuerte como el eslabón
más débil. Ósea el eslabón más débil es el que determinara la resistencia de
una cadena. Tres cosas tienen que estar en armonía para que los cánticos de alabar
y adorar sean de bendición para la iglesia; el sonido, los músicos, y el que
dirige los cánticos, estos tres eslabones son determinantes si queremos lograr
que la congregación se envuelva en la adoración, si uno de ellos falla aunque
los demás se esfuercen, se escuchara mal.
5) Por que invertir en un buen equipo de sonido.
Primero un buen equipo de sonido
necesariamente no tiene que ser caro $$$. Hay equipos de sonido económicos que
pueden ser buenos, solo hay que orientarse para invertir solo en lo necesario,
además un buen equipo, sin alguien que sepa manejarlo no funciona. Puedes tener
un equipo caro $$$, y si el que lo maneja no sabe, sonara peor que un equipo
barato. Se debe tener una o mas personas preparadas para manejar el sonido, no
se debe permitir que todo el mundo este cambiando los ajustes, ya que no solo
dañaran el equipo sino que se escuchara peor.
Una vez estuve en una campaña evangelistica
y, aunque estaba sentado cerca, no podía entender lo que se predicaba por más
atención que prestaba, y pensé, si yo no lo entendía estando cerca, como
podrían entender los demás. Aunque el
predicador se esforzó el sonido no lo ayudo.
¿Debemos invertir en un buen equipo de
sonido, y tener una o mas personas entrenadas para el manejo del mismo?
La respuesta la daré de la siguiente
manera: El sonido en las iglesias debería considerarse un ministerio, como la
música, el cántico, y otros ministerios que se desarrollan en la congregación.
Cuando un músico, un cantante, o un predicador se escuchan con claridad, se motivan,
y la iglesia se anima a escuchar, y recibir mejor el mensaje y así, dar gloria
a Dios.
Nota: En cuanto al ruido en los templos,
existe una herramienta que se llama; Sound Pressure Level (SPL) para medir la
presión del sonido, y poder ajustar el volumen para que no afecte la audición.
No tienes que comprarlo, si tienes un teléfono
inteligente ó Smartphone, existe una aplicación gratuita en Android (Google
Play) que se llama Sound Meter, y funciona con el celular.
¿Como usarlo? Durante el devocional presta
atención al volumen, y ajústalo adecuadamente, ni muy alto, ni muy bajo, y
observa cuanto esta marcando el Sound Meter, y ese será el ajuste que debes
mantener. Recuerda, la cantidad de personas que asista al culto hará variar el
sonido, ya que el cuerpo humano recibe las ondas, por lo que en cada culto
debes estar pendiente a los cambios. La presión del sonido (SPL) la debes revisar
en cada culto, haya mucha ó poca gente. Un ajuste y un volumen adecuado ayudaran
a disminuir la distorsión, lo que redundara en una mejor calidad de sonido.
Oración, Dedicación, y Compromiso, tres palabras para
un ministerio eficaz.
NORMAS DEL GRUPO DE ADORACIÓN
En la semana deberán vestir adecuadamente.
El domingo, en el culto de la noche, todos vendrán bien
vestidos, los varones usaran corbata.
El que no llegue antes de comenzar el devocional,
perderá la bendición y el privilegio de ministrar en el culto.
Cuando haya ensayos todos deberán estar presentes, el
que no asista no podrá ministrar.
El grupo de adoración, músicos y cantantes, junto con
el comité de sonido, proyección y video, deberán llegar temprano, con tiempo suficiente para
orar y preparar todo para comenzar el devocional del culto al Todopoderoso
Dios.
Recuerde: La primera parte del culto es la oración en el altar.
Rvdo. Orlando Arroyo Román – Pastor